domingo, 9 de febrero de 2014

LAS VENTAJAS DE SER UN MARGINADO. Para adolescentes no tan adolescentes.

The Perks of being a wallflower, es esa película que más de uno teníamos ahí abandonada por ¿pereza? Puede, pero reconozcámoslo, ese título y esa portada remiten a una película de adolescentes simple y anodina cuyo único aliciente es una Emma Watson que está quitándose con éxito y cuidado el estigma de Hermione de Harry Potter.


Si eres de aquellos que, como yo, la tenías relegada a un segundo planos en tu lista de "cosas que ver a falta de tener algo más interesante", dale una oportunidad, no merece esa posición. Si por el contrario, ya la has visto y te dejaste embaucar por esta historia de amor, amistad y diferenciación, ¿Por qué no me la recomendaste?

Puede que no formes parte de ese grupo de postadolescentes a los que va dirigido el discurso de la película que narra la historia del típico grupo "rarito" de instituto americano que, lejos de la popularidad, pasa sin pena ni gloria por esos años que serán decisivos en su vida, contando desde el punto de vista de un joven aspirante a escritor que es incapaz de alejarse de su infancia traumática y conoce el significado de la amistad en su primer año de instituto. Pero, ¿quién no recuerda con anhelo esos años?

We accept the love we think we deserve.

Cabe destacar que esta película está dirigida por el propio escrito de novela del mismo nombre, Stephen Chbosky, privilegio que raras veces se ha dado. De esta manera ha mantenido el espíritu y la intención inicial con la que fue concebido el libro.

Nos traslada, nos conmueve, nos emociona, nos hace reír y nos hace llorar. ¿Hace cuanto que no podíamos decir eso de una película de este género? Categorizada como una de las mejores películas de 2012, diré que no falta razón, que después de un año tan bueno para el cine como 2011 (Shame, Drive, Melancholia, La Piel que Habito...) es difícil de superar, pero de todas aquellas mediocridades que ha dado el cine en el año posterior, está película logra destacar y devolver la fe de que siempre podemos encontrar una pequeña maravilla para dejarnos llevar. 

Si, lo sé, no tiene nada que ver, pero me ha gustado mucho, ¿vale?

Right now we are alive and, in this moment, I swear we are infinite.

Las actuaciones correctas y la escenografía simple, pero la banda sonora y el homenaje a The Rocky Horror Picture Show, hacen de esta película generacional algo fresco y recomendable para un público postadolescente que seguro encuentra identificación y melancolía en sus personajes e inquietudes.

Creo que no os la he vendido muy bien, ¡pero vedla hombre! y me entenderéis. Rescatadla de allá donde la hayáis dejado o, si ya la habéis visto, ¿qué mejor que esta película para una tarde de domingo cualquiera?

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